A un año de tu partida, tu recuerdo permanece entre nosotros, no es tan sencillo olvidar a las personas como tú, es difícil olvidar tu ejemplo. Tu legado permanecerá por siempre entre las personas que te conocimos y estamos seguro que el barrio siempre honrará tu memoria, te lo mereces Miguel porque trabajaste sin descanso, sin pausa por la niñez, por la juventud, por el deporte, por el Club Gral. Gregorio Luperon, por tu país.
Este 23 de enero arribamos al primer aniversario de tu muerte y pensamos, caramba que rápido se ha ido este año, parece que fue ayer y sin embargo ha pasado un largo año, trescientos sesenta y cinco días de ausencia, de pesadumbre, de dolor callado, de lágrimas derritiendo largas noches de angustia, es un año de uno irse acostumbrando a no verte, de uno irse acostumbrando a no contar con tu imprescindible accionar cotidiano por conseguir utensilios deportivos, por conseguir alguna conquista que beneficiara al barrio, ahora es que nos damos cuenta del sacrificio que durante una gran parte de tu vida hiciste por los demás, ahora que nos quedamos como huérfanos, es que entendemos que cualquier cosa que hagamos por honrar tu memoria es poca cosa comparado con la labor que durante toda tu vida hiciste.
Como humano fuiste una persona ejemplar ya que te dedicaste desde muy joven a trabajar para mantener a tu madre y a tus hermanos, que no tenían un padre que velara por ustedes, además de involucrarte en las actividades deportivas, especialmente en la pelota, descuidando tu vida personal.
Recuerdo que siendo aun muy pequeño nos llevaba a jugar pelota a los alrededores del hotel Embajador, pienso que allí fue que te formaste como dirigente ya que al mudarte al km7 de la carretera Sánchez formaste el equipo de pelota mejorar, y luego en el km8 en la liga Roberto Clemente terminaste por consagrarte como dirigente, más tarde en el Club Gral. Gregorio Luperon, ya maduro te convertiste en una de sus figuras más importante, fuiste también por mucho tiempo miembro de la directiva de la asociación de béisbol del distrito, fuiste un dirigente las veinticuatro horas del día, yo más que nadie sé que no hubo descanso en tu vida, hombre prematuro, padre tardío, muerto a destiempo, fue tu alegría el deporte, tu razón de ser, de existir, por esa labor altruista que marcó tu vida recibiste muchas placas y reconocimientos y ahora que no está hacemos el compromiso de que en donde quiera que estemos, te recordaremos y mantendremos viva tu figura y velaremos por el futuro de tus tres hijos.
Ahora nos despedimos con la certeza de que Dios te ha de tener en el lugar reservado a las personas nobles y buenas como tú.
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