El tiempo se ha roto con tu ausencia
dejando un rastro de eternidad en mi voz
a veces la le sensación de tu partida
levanta en mis ojos una ola de sal
los cubículos
donde se esconde el olvido
y todas las noches
la luz
va dejando espejos de luna
en las paredes de la alborada
donde los niños
con los dedos tiznados de ternura
escriben tu nombre
Miguel
Domingo Acevedo
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