viernes, 30 de diciembre de 2011

PELIGRO DE LOS ALIMENTOS TRANSGENICOS.

El peligro de los alimentos transgénicos

Los hechos científicos han demostrado que es necesaria una inmediata prohibición en todo el mundo. Los alimentos genéticamente diseñados que contienen genes derivados de cerdo, peces, insectos, virus y bacterias están apareciendo en los estantes de supermercado, comenzando con tomates, maíz, soja, productos lácteos, levadura y aceites, extendiéndose luego para reemplazar centenares de variedades tradicionales de frutos y vegetales. El gobierno permite su venta sin advertir al público, aunque muchos científicos genéticos afirman que estos alimentos dañarán permanentemente la salud.
He aquí como:

La manipulación caprichosa del modelo genético de la vida ocasiona nuevas enfermedades y debilidades.

Dada la complejidad enorme del código genético, incluso en organismos muy simples tales como bacterias, nadie puede predecir posiblemente los efectos de introducir nuevos genes en cualquier organismo o planta, ni el alcance de los nocivos efectos para la salud sobre cualquier persona que lo ingiera.

Esto sucede porque:

El gen transpuesto reaccionará de manera diferente cuando funciona dentro de su nuevo anfitrión..
La inteligencia genética original del anfitrión se desorganizará..
Los genes del anfitrión y el gen transpuesto combinados tienen efectos imprevisibles..


Las transferencias no naturales de genes de una especie a otra son peligrosas.

Las compañías de biotecnología alegan falsamente que sus manipulaciones son similares a cambios genéticos naturales. Sin embargo la transferencias de genes de cruce de especies que se están realizando, como entre cerdos y plantas, o peces y tomates, nunca sucederían en la naturaleza y pueden permitir transferirse enfermedades y debilidades entre especies, con efectos tan desastrosos como se han visto en BSE - enfermedad de las vacas locas. El conejillo de indias en esta experimentación arriesgada es todo el público.

Los efectos dañosos para la salud ocasionados por la ingeniería genética continuarán siempre.

Las compañías de biotecnología alegan que sus métodos son precisos y sofisticados. De hecho hay un elemento aleatorio en su método experimental de inserción del gen. Son inevitables los efectos secundarios y los accidentes y los riesgos se han evaluado científicamente como ilimitados. A diferencia de la contaminación química o nuclear, la contaminación genética no puede recogerse; y los efectos tóxicos de equivocaciones genéticas se pasarán a todas las futuras generaciones de una especie.

Los productos genéticamente diseñados conllevan más riesgos que alimentos tradicionales.

Las compañías de biotecnología dicen que los riesgos de los nuevos alimentos genéticamente diseñados son similares a los riesgos planteados por todos los alimentos: pero la experiencia ha mostrado que el proceso de ingeniería genética introduce nuevos alergenos y toxinas peligrosos en alimentos que eran anteriormente naturalmente seguros.

Colapso catastrófico del balance fisiológico humano.

El Triptófano genéticamente diseñado ha matado 37 personas e incapacitado permanentemente a 1,500. Otros efectos tóxicos resultarán inevitablemente de otros nuevos alimentos. La investigación genética indica que muchas enfermedades tienen su origen en minúsculas imperfecciones del código genético. Manipular con el código genético de cualquier forma trastornará el delicado balance entre nuestra fisiología y los alimentos que comemos. La estructura genética de las plantas ha nutrido la humanidad por milenios. Cambiar repentinamente casi todos los alimentos mediante la ingeniería genética es una amenaza muy peligrosa e irrevocable para la vida.

Los alimentos genéticamente diseñados están siendo introducidos sin etiquetar.

Las compañías de biotecnología falsamente afirman que no se requiere ninguna etiquetación, alegando que no hay diferencia material entre alimentos genéticamente modificados y sus contrapartidas naturales. De hecho, la inteligencia genética natural de alimentos, acumulada en millones de años, está siendo alterada. Los gobiernos apoyan las compañías de biotecnología e ignoran los derechos de los consumidores a ser informados. Sin etiquetar, las causas de nuevas enfermedades pueden ser muy difíciles de rastrear. Por un lado, mientras todos los alimentos deberían etiquetarse fielmente, los alimentos genéticamente diseñados deberían prohibirse totalmente para proteger la vida.

Regulación inadecuada del gobierno.

Compañías de biotecnología alegan que los cuerpos reguladores del gobierno como la administración de Medicamentos y Alimentos de EE.UU. (FDA) y el Ministerio Británico de Agricultura, Pesquerías y Alimento (MAFF) protegerán a los consumidores. Sin embargo DDT, Talidomida, L-triptófano, etc. fueron también aprobados por estos reguladores con resultados trágicos. MAFF ha publicado información objetivamente inexacta sobre alimentos genéticamente diseñados en su serie de libros Foodsense que da una impresión de falsa seguridad. Pruebas en EE.UU. encontraron que 80% de la leche de supermercado contenía rastros de: o bien medicinas, o antibióticos ilegales usados en granjas, u hormonas, incluyendo Hormona Vacuna de Crecimiento genéticamente diseñada (BGH). Los hechos muestran que los reguladores no protegen el público adecuadamente; ni el etiquetado protege el público de los peligros ó se necesita una absoluta prohibición de alimentos genéticamente diseñados.

Cuestiones éticas que afectan a vegetarianos, grupos religiosos, y defensores de los derechos de los animales.

Las compañías de biotecnología alegan que el ADN de planta y animal son similares y que no hay cuestión ética cuando se transfieren moléculas de ADN animales a plantas. Sin embargo, en los métodos genéticos se encuentran experimentaciones con animales que transfirieren información genética única de los animales a las plantas.

La transferencia genética entre especies y la competición de nuevas especies perjudiciales para el ambiente.

Después de la introducción en plantas, bacterias, insectos, u otros animales, la nueva información genética se transferirá a las formas relacionadas de vida, mediante procesos como la polinización cruzada, o desplaza a otras especies del ecosistema con efectos desastrosos como ocurre con las bacterias Klebsiella modificadas genéticamente.

Seguridad inadecuada en instalaciones de investigación.

Las instituciones de investigación en el Reino Unido tienen poca protección para asegurar que los organismos experimentales genéticamente diseñados no escapen. Por ejemplo semillas pueden ser sopladas por el viento por encima de cercas bajas o llevadas muy rápidamente a grandes distancias por los pájaros. No es posible que cualquier granja, o cualquier país pueda aislarse completamente de los efectos desastrosos de la manipulación genética. Por lo tanto se requiere una total prohibición de la diseminación de nuevos organismos.

Amenaza global al abastecimiento alimenticio de la humanidad.

Las compañías gigantes transnacionales de biotecnología ya controlan grandes segmentos del abastecimiento alimenticio del mundo incluyendo patentes alimentarias, compañías de semillas, y otros aspectos de la cadena alimentaria. Están introduciendo productos genéticamente diseñados experimentales sin verificación en un peligroso experimento global. Si las intenciones de la industria se llevan a cabo, casi todos los alimentos que comemos se alteraran dentro de unos años. Este cambio radical en el abastecimiento alimenticio de la humanidad resultará en muchos problemas irrevocables e inesperados tales como serias escaseces alimentarias y amenazas para la salud de amplias dimensiones.

TOMADO DE ALL NATURAL.

jueves, 15 de diciembre de 2011

Durban: ¿Otro fracaso climático?

Durban: ¿Otro fracaso climático?




Fander Falconí

En Durban, Sudáfrica, los estadistas y los diplomáticos mundiales decidieron no hacer nada respecto al cambio climático. China produce emisiones per cápita cuatro veces menores que las de Estados Unidos (EE.UU.), pero no puede desconocer que sus emisiones, por persona, están ya por encima del promedio mundial. Mientras tanto, EE.UU. le echa la culpa a China y se niega a aceptar compromisos de reducción. En Durban, los países ricos prometieron dinero, pero más dióxido de carbono también. América Latina tuvo posiciones disímiles.

La decimoséptima cumbre de cambio climático internacional, concluida el fin de semana pasado (COP-17), en Durban, debió terminar con un sólido acuerdo internacional que reemplazara al Protocolo de Kioto, que vence en 2012.
El Protocolo de Kioto, de la Convención Marco de las Naciones Unidas (CMNUCC), fue adoptado en diciembre 1997 y entró en vigencia en febrero 2005, después de la ratificación de la Federación Rusa. Estados Unidos firmó el acuerdo, pero no lo ratificó en las sucesivas administraciones de Clinton, Bush y Obama. El Protocolo de Kioto ha pretendido, sin éxito, generar un acuerdo internacional, para que los países más contaminantes reduzcan las emisiones de gases efecto invernadero en -al menos- un 5%, entre el año 2008 y 2012, en comparación al año 1990.

La CMNUCC organiza las cumbres de cambio climático. En Durban hubo una clara negación para reducir las emisiones de carbono por parte de los países ricos del Norte y de las economías de rápido crecimiento y, aún más, la carencia de un tratado vinculante para combatir la crisis climática. El acuerdo de la COP-17 consiste en negociar para tener, en 2015, un “protocolo, un instrumento legal o un resultado acordado con fuerza legal” que limite las emisiones de todos los países “a partir de 2020”. O sea: se patea la pelota, o mejor dicho el planeta, hacia adelante, hacia el abismo.

Las emisiones de carbono registran una tendencia creciente en el tiempo. A nivel global, las tasas de crecimiento anual fueron de 3,3% en los setenta, de 2% en los ochenta, de 1,2% en los noventa y de 2,5% en los años 2000. Mostraron reducciones en el ritmo de crecimiento en el período 1980-1982, en el año 1992, y durante la crisis económica de 2008-2009. La concentración de partes por millón (ppm) de CO2, el indicador más importante para medir el cambio climático en la atmósfera también se eleva. En el mundo, entre 1970 y 2010, la concentración promedio pasó de 325,7 a 389,8 ppm, es decir que aumentó con una razón de 2,1 veces o de 0,6% por año, según las mediciones realizadas desde el Observatorio Mauna Loa, en Hawái.

Ocurre, a veces, que los estadistas y los diplomáticos se reúnen y hablan y lo que acuerdan no sirve para nada y hasta agravan los problemas. Mucha charla. Así ocurre con el cambio climático.