Mucho se ha hablado y escrito sobre el 12 de octubre del 1492 y la llegada de los españoles
a estas tierras y la posterior incursión de casi todas las naciones europeas
en busca de fortuna en este continente que ellos creyeron descubrir.
Pues bien, el 12 de octubre del 1492 marcó las desgracia para todas las personas
de esta hermosa tierra, para sus culturas y sus costumbres.
Porque aunque se habla de descubrimiento, de encuentro entre dos culturas,
incluso se festeja el 12 de octubre como el día de la raza, lo que debemos tener
bien claro es que no hubo nada de eso, lo que sí hubo fue conquista, fue colonización,
crímenes de lesa humanidad, ultrajes, abusos, persecución, actos aberrantes
y cobardes en contra de una raza que sucumbió ante el peso de la violencia
de otra raza superiormente militar, que impuso su cultura, sus costumbres
y su religión a sangre y fuego, bajo el lema de que: el único indio bueno,
era el indio muerto, para así justificar sus crímenes, también decían que nuestros
indígenas eran como animales que no tenían almas.
Tanta crueldad no deja espacio para la duda, nuestros pueblos sucumbieron
a la violencia del invasor, a las enfermedades desconocidas que trajeron consigo,
al trabajo forzado en las minas y las plantaciones de caña y algodón,
podemos decir sin temor a equivocarnos que ese acto de saqueo
y explotación humana, de esclavitud, aceleró el desarrollo capitalista de Europa.
Se calcula que más de 60 millones de indígenas murieron en todo el continente
producto de la conquista y la colonización.
En las islas del Caribe, todos los indígenas fueron exterminados a causa de la violencia
ejercida por los conquistadores, por el trabajo forzado, las enfermedades
y por los suicidios colectivos.
Los conquistadores eran tan crueles que los nativos, por lo menos aqui en kiskeya
preferían suicidarse de manera colectiva a vivir subyugados por los invasores
y las mujeres bebían de la yuca amarga el jugo para abortar para que sus hijos
no nacieran bajo el horror de la esclavitud.
Fray Bartolomé de las Casas, al ver como eran diezmados los indígenas propuso
traer esclavos de África para sustituirlos en el trabajo forzado. Empezando
de esa manera otro drama: el tráfico de esclavo de África hacia este continente
para sustituir a los aborígenes en el trabajo de las minas y las plantaciones.
pero ya era demasiado tarde para los nativos del Caribe, eso no impediría
su desaparición y abría un nuevo capítulo de crueldad como era el secuestro
en un continente de personas, para venderlas como esclavas en otro continente.
Tarde comprendió fray Bartolomé de las Casas su error cuando escribió que tan cruel
era la esclavitud del indígena como la del negro..
De África a este continente hay un largo camino de sangre y cadáveres
en el océano Atlántico, de voces que aun después de más de quinientos años claman
por justicia.
La lucha por la libertad y el territorio no se hizo esperar aquí, en Kiskeya fue donde
empezó la resistencia contra el invasor europeo, con el rechazo de los indígenas ciguayos
a Cristóbal Colón en su pretensión de desembarcar en la bahía
de Samaná, lo que ellos bautizaron con el nombre del Golfo de las Flechas.
a Cristóbal Colón en su pretensión de desembarcar en la bahía
de Samaná, lo que ellos bautizaron con el nombre del Golfo de las Flechas.
Corresponde pues a Mayobanex el cacique ciguayo ser el primero en oponer resistencia
a los invasores, luego a Caonabo con la destrucción del fuerte de la navidad
y la muerte de todos los españoles dejados allí.
En Kiskeya hubo una gran resistencia indígena contra los conquistadores españoles,
pelearon hasta el último hombre. Hatuey huyendo a la crueldad de los españoles,
se va en una canoa a Cuba, atrapado en esa isla es quemado en la hoguera.
Luego vienen las cimarronadas encabezadas por Sebastián Lemba,
el traidor de Diego de Ocampo, Juan Vaquero y Diego Guzmán,
y por último la sublevación victoriosa de Enriquillo contra los españoles.
Quedaban tan pocos indígenas que se esfumaron en el tiempo.
Muchos Guerreros hay que desde Alaska, hasta la tierra del Fuego libraron
grandes y pequeñas batallas contra el invasor, muchas veces no registradas
por la historia,
muchas veces vencidos por las traiciones y por el poder de fuego del enemigo,
pero jamás sometidos, jamás lograron los invasores, ni con fuego,
ni con sangre doblegar el inquebrantable amor de nuestros indígenas por su libertad.
Por todo el continente hay miles de historias escritas con la sangre de nuestros
guerreros en su lucha por la libertad, en la lucha por sus territorios, guerreros heroicos,
cargados de dignidad y sacrificios, leales a sus principios, leales a su amor
por sus pueblos, leales a su amor por la la libertad: Lautaro, Caupolican, Cochise,
Caonabo, Jerónimo, Caballo Loco, Cuauhtemoc, Tupac Amaru, Caonabo, Enriquillo,
entre otros tantos dignos representantes de una raza heroica, digna
y noble que aun hoy después de más de quinientos años .
no se arrodillan ante los nuevos invasores y prefieren seguir resistiendo
y muriendo por sus derechos negados desde los gobiernos que
dirigen sus países y que los ven con odio y desprecio y siguen estrechando el cerco,
permitiendo que los ganaderos, los agricultores, las grandes compañías madereras
y las mineras invadan sus territorios para arrebatarles sus riquezas, contaminar sus ríos
y destruir sus bosques.
Es por eso que este 12 de octubre, no hay nada que celebrar, todo lo contrario debemos
reclamar a Europa y a nuestros gobiernos que nos paguen la deuda histórica
que han acumulado durante todos estos años con nuestros pueblos, que se respeten
y amplíen nuestros territorios, que no se profanen nuestros lugares sagrados,
que nos dejen vivir en ellos, en paz, con dignidad, apegados a nuestras leyes
y costumbres ancestrales.
No queremos su lástima sino el reconocimiento que nos merecemos como pueblos nativos
de estas tierras, como seres humanos a los que se les ha negado el derecho
a vivir con dignidad.
Que se nos reconozca que no somos indios que somos cientos de pueblos diferentes
que hemos sobrevividos en el tiempo a la política silenciosa de aniquilamiento
de nuestros gobiernos, que somos Kaiowa, Cheyennes, Taínos, Incas, Caribes,
Kiowa, Mapuches, Apaches, Charruas, Arawacos, Yanomami, Senecas, guarani,
Pies Negros, etc.
Que se reconozca universalmente que el 12 de octubre no es el dia de la raza,
ni del encuentro entre dos culturas, sino un dia de resistencia y luto continental.
Europa debe pedir perdón por los más de 60 millones de indígenas asesinados
durante la conquista y la colonización de este continente,
Europa debe devolver toda las riquezas que nos robó en lo económico,
en lo cultural e histórico, debe devolver los documentos y las piezas arqueológicas
que reposan en las bibliotecas, museos y archivos de esos países.
El 12 de octubre no hay nada que celebrar.
Domingo Acevedo.
Sept/18
Tomados de la red.
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