viernes, 30 de mayo de 2008

RUISEÑOR DE LUZ

Pequeño ángel distraído junto al sendero
descalzo sobre la tierra mojada
semidesnudo en medio de la luz cenagosa
de la tarde
amasando con tus manos el barro fosforescente
de la alborada
me miras y sonríes
y de tus manos se escapa un ruiseñor de luz
que atraviesa los salones en penumbra de la sangre
y se posa en el árbol más alto de la memoria
desde donde alumbra con su trino
el lugar donde habitas desde entonces
Miguel

Domingo Acevedo

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